
Uno de los viajes que recordamos con más cariño es el que hicimos a Cudillero, un lugar donde siempre han acogido bien a los autocaravanistas. Nosotros pudimos pernoctar sin problemas en el aparcamiento del puerto y prácticamente a pie de mar. Y como nosotros, cuatro o cinco autocaravanas más.
También conservamos un grato recuerdo de esta salida porque aún teníamos a nuestra pequeña "Betty" y porque fue el último viaje (en ese momento no lo sabíamos) que hicimos con nuestra recordada "Tina". Eran los primeros días de septiembre de 2006 y justamente al finalizar ese mes se nos fue para siempre.
Salimos de nuestro piso de Brión, primero en dirección a Santiago, pillamos autovía hacia el aeropuerto y finalmente cogemos la carretera en dirección Curtis-Teixeiro. En esta última localidad hay un parque empresarial que está prácticamente despoblado y fue donde tomamos esta instantánea de nuesta PYC. Allí hicimos un alto (lo hemos hecho en más de alguna ocasión) para estirar las piernas y bajar un rato a nuestros perros. También nos acompañaba Figo. Tras el descanso, ponemos dirección a Baamonde y rumbo a Ribadeo.
Para entrar en el pueblo lo mejor es coger el primer cruce según venimos de Galicia porque en la siguiente desviación la carretera se estrecha y puede resultar muy dificultoso meterse en el centro del pueblo con la autocaravana.
Sin embargo, por la primera entrada el acceso es fácil (aunque algo empinado -precaución con los frenos- y con muchas curvas, pero nos lleva directamente al aparcamiento habilitado al lado del puerto. Antes de empezar esa bajada, a un lado de la carretera hay un mirador con unas vistas magníficas (incluso allí se puede pernoctar, aunque es más aislado).
El pueblo está escondido en la ladera de un monte, abrigado del azote del mar por un dique. Nos recuerda al puerto de O Barqueiro en Galicia.
comentarios
Publicar un comentario